1.7.07

COMPORTAMIENTO








El galgo es como el resto de perros, pero debido a su entrenamiento para competir, hay que tener en cuenta:

-Los galgos, como el resto de perros, son animales sociales, esta socialización se da especialmente en los galgos, porque han vivido desde que han nacido con gran cantidad de perros de su misma raza.

-La vista es uno de los sentidos más desarrollados que tienen los galgos, por eso tienen el instinto de perseguir las cosas que se mueven por naturaleza, por eso han ir siempre con correa y collar seguros.

-En definitiva, los galgos son perros muy sociables, posiblemente debido a que es una de las razas más antiguas que existen. Por lo tanto lleva siglos de convivencia con el hombre, y aunque ha sido muy maltratado por éste, sigue adorándolo. Me comentaba hace poco un especialista en galgos, que después de haber pasado cientos de galgos por su consulta, en muy pocos casos habían mostrado agresividad, que le daban muchos menos problemas que otras razas.


-Los galgos son, sensibles, extremadamente cariñosos y tranquilos. Pueden dormir tranquilamente hasta 18 horas al día, prácticamente sin moverse. Su relación con los niños es generalmente muy buena. Enseña los niños a respetar su espacio, especialmente cuando duermen.

-Los galgos son muy inteligentes y para educarlos con un "NO" firme, es suficiente.

-Cuando por primera vez entre un galgo en nuestra casa, la mayoría de veces no se saben sentar, subir escaleras, no saben lo que es un ascensor, o jugar con pelotas, les pueden asustar el mosaico del suelo, pero aprenden fácilmente, debido a su gran capacidad de adaptación.

-Aunque pocas han convivido con otras razas de perros, suelen convivir bien con otras razas, también hay muchos galgos adoptados que conviven perfectamente con gatos y otros animales.




Curiosidades:


-Son uno de los pocos perros que saben reír: algunos ejemplares, cuando está contentos hacen unos gestos con la boca que emulan la risa.


-Se parecen en algunas cosas a los gatos, buscan un sitio caliente donde estar, son muy sensibles al frío y a la lluvia, debido a que apenas tienen grasa, y su piel es más fina que las de otros perros. NO SUELEN SER SON APTOS PARA VIVIR EN PATIOS, TERRAZAS O JARDÍN.


- PAUTAS QUE NOS AYUDARAN CUANDO VAYA A LLEGAR UN BEBÉ HUMANO A CASA

Los cambios de rutina en el animal (horarios de salida, habitaciones restringidas,…) deben ser introducidosantes de la llegada del bebé. Se recomienda hacer partícipe al perro de los cambios del mobiliario, permitiéndole oler todos los muebles nuevos, alguna prenda de ropa del futuro bebé y sus utensilios (cuna, cochecito para pasearlo…).

A medida que avanza el tratamiento con las nuevas pautas de conducta y mejora la relación del animal con los propietarios, se puede ir practicando con un muñeco envuelto en ropa de bebé, previamente perfumado con la colonia destinada a él y simular entradas en casa con el “bebé” en brazos. Se le muestra para que lo huela y se le premia efusivamente si no salta sobre lo que llevamos en brazos. También se sugiere que antes de nacer el bebé, se de algún paseo con el carrito para que el animal asocie que ir de paseo con el carrito es algo agradable.

La llegada de un bebé suele absorber una gran parte de nuestro tiempo. A los perros, en particular, puede resultarles confuso e invasivo la llegada de “un nuevo miembro de la jauría”. Cuando dispongamos de un rato libre y estemos tranquilos, por ejemplo cuando el bebé esté dormido, podemos aprovecharlo para jugar y prestar más atención a nuestro perro o a nuestro gato. De este modo, fomentaremos que el animal no se sienta tan desplazado.

Es importante también reforzar positivamente al animal delante del bebé, propiciándole caricias, dándole pequeños premios o simplemente jugando con él y apoyar estas directrices con la fórmula floral anterior, a razón de 4 gotas, mínimo 4 veces al día y si es posible en aplicación directa.

Con el paso del tiempo, al crecer el bebé y pasar a ser un niño, buscará el contacto con el animal para jugar con él. El objetivo y la responsabilidad de los padres es enseñarle que los animales no son juguetes y que al estirarle de las orejas, el pelo o la cola el animal siente dolor o estrés y puede llegar a responder con agresión frente a estos estímulos totalmente negativos; un animal aceptará mejor el acercamiento suave y lento y las caricias calmadas.